KiKi se distingue como un robot impulsado por "el primer motor de personalidad de aprendizaje profundo del mundo", lo que significa que todas y cada una de las interacciones con el desktoprobot ayudan a dar forma a su identidad única. A través de la vista, el oído y el tacto, el robot KiKi recoge datos del mundo con la cámara en la nariz, un micrófono incorporado y 12 puntos táctiles interactivos. Los usuarios aprenderán a interactuar con KiKi de varias maneras: por ejemplo, cuando el robot busca el afecto de su propietario, sacará la nariz. KiKi es un amigo fijo de escritorio que sólo quiere que lo acaricien.